EL EXTRAÑO CABARET DE KURT GERRON

© Miguel Ruiz Trigueros El hombre que espera en el andén no lleva un billete de vuelta en su bolsillo. A decir verdad no porta ningún documento. Sabe que deberá abordar el tren, sabe que es inevitable que dentro de unos minutos ponga el pie en el estribo, ayudarse con las manos en las barras de la puerta porque su cuerpo, a pesar de todo sigue siendo enorme, el cuerpo de un niño gigantesco, como no han dudado en calificarlo. En esta que es sin duda alguna su última representación, no está dispuesto a volver ni un solo instante la vista hacia atrás. A decir verdad, lo único que parece haberle interesado es un equipaje sin dueño que alguien ha debido olvidar. Nadie se acerca a la desvencijada maleta de cartón y eso le desconcierta. Hay a su alrededor miradas de recelo: -“¿Cómo has podido hacer esto?”-parecen decirle- “convertirnos a todos en actores de una farsa”. Otros en el andén se muestran más condescendientes, incluso comprensivos: -“Yo habría hecho lo mismo en tu lugar y al menos m...