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Mostrando entradas de 2010

EL EXTRAÑO CABARET DE KURT GERRON

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© Miguel Ruiz Trigueros El hombre que espera en el andén no lleva un billete de vuelta en su bolsillo. A decir verdad no porta ningún documento. Sabe que deberá abordar el tren, sabe que es inevitable que dentro de unos minutos ponga el pie en el estribo, ayudarse con las manos en las barras de la puerta porque su cuerpo, a pesar de todo sigue siendo enorme, el cuerpo de un niño gigantesco, como no han dudado en calificarlo. En esta que es sin duda alguna su última representación, no está dispuesto a volver ni un solo instante la vista hacia atrás. A decir verdad, lo único que parece haberle interesado es un equipaje sin dueño que alguien ha debido olvidar. Nadie se acerca a la desvencijada maleta de cartón y eso le desconcierta. Hay a su alrededor miradas de recelo: -“¿Cómo has podido hacer esto?”-parecen decirle- “convertirnos a todos en actores de una farsa”. Otros en el andén se muestran más condescendientes, incluso comprensivos: -“Yo habría hecho lo mismo en tu lugar y al menos m
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EL TIEMPO COMO FUNDAMENTO DE LA NARRACIÓN Miguel Ruiz Trigueros Posiblemente, al igual que la existencia misma, una narración no es sino el resultado de un equilibrio tenso, la búsqueda de un sentido que se escapa y que en su huida pretende decirnos algo. El acto narrativo desde este punto de vista, no sería sino la búsqueda de una cierta armonía resultado del choque de fuerzas convergentes e incluso anuladoras entre si. La búsqueda de este equilibrio, es seguramente la función de toda novela, en tanto que lo que se pretende es una representación o una parodia de la existencia. La novela es por lo tanto un acto de síntesis, entendida ésta en el más puro sentido hegeliano como el resultado de la colisión entre una tesis y una antítesis. De la misma forma en que nuestro caminar por la vida nos conduce a disyuntivas existenciales de toda índole, la narrativa debe enfrentarse a sus propias disyuntivas, a sus propias elecciones que siempre darán como resultado un equilibrio provisional, tan

Historia de una fotografía (Los niños de Moscú)

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Historia de una fotografía (Los niños de Moscú) © Miguel Ruiz Trigueros A veces se encuentran casi olvidadas entre viejos álbumes que pocas veces abrimos. Otras veces ni siquiera eso, porque tienen una tendencia irreprimible a acumularse en los cajones, o en los reductos profundos de los armarios y los roperos. Las fotos antiguas son los últimos estratos reconocibles de nuestras vidas. Penetramos como arqueólogos en nuestros recuerdos; las primeras capas de tierra contienen la memoria reciente, conforme excavamos más profundamente, van apareciendo artefactos y utensilios, que aunque son todavía objetos reconocibles, comprendemos que pertenecen a otras épocas, a otras civilizaciones de nuestra historia personal. De repente la azada golpea una capa dura de piedra. Sabemos con certeza que por debajo de ella no puede haber ya nada reconocible. La memoria se detiene en ese punto inequívoco en el que cada golpe que damos sólo produce ecos lejanos, reverberaciones que no pueden ser i

La marca coagulada. Un relato de Miguel Ruiz Trigueros

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La marca coagulada Podía asegurar que eran cristales blancos. No se trataba de un viento gélido y despiadado sino de trozos de vidrio afilados y puntiagudos como botellas rotas de hielo que se colaban por la garganta aterida del Estrecho. Agustín Ribera sintió la punzada de cada uno de ellos en su espalda desnuda, en sus glúteos blanquísimos, en sus piernas propicias para condensar el aliento inodoro de la escarcha, en sus genitales yertos como castañas al borde de la fractura. El sol de febrero, disminuido y fugitivo había dejado atrás, en su marcha apresurada, constelaciones de planetas desamparados, astros brillantes que titilaban de frío y de incertidumbre. El viento gélido se aprovechaba de las grietas abiertas en el cielo, encrestaba el mar de cabritillas blancas y congelaba la cara oeste de las dunas, mezclando escarcha y arena en proporciones perfectas. Lo primero que pasó por su mente fue la posibilidad de la hipotermia. La desechó confiando en que las luces de los resta

Rostropovich plays the Prelude from Bach's Cello Suite No. 1

http://www.youtube.com/watch?v=LU_QR_FTt3E
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LA NOCHE DE ARCILLA Hará como año y medio que el editor de este libro me habló de un escritor que recién se nos había instalado en Ronda, haciendo hincapié en que colaboraba con El Candil de Diógenes, además de tener a sus espaldas un meritorio currículo que incluía la novela Los bailarines de Kronvalda y otros muchos trabajos de escritura fina y sorprendente. Al poco tiempo, la cosa fue más lejos y, con la misma vehemencia que se había puesto en la presentación del autor, se me comunicó la disposición a poner en pie una editorial que sacase a la luz la última novela acabada de Miguel Ruiz Trigueros. Consiguieron despertar mi interés. Así que, aunque sobradamente conocidos por mí los baldíos culturales rondeños, la verdad es que me cuidé de decirles que se me antojaba aventura abocada al fracaso. No obstante, le pedí que me hiciese llegar un borrador de la novela que ahora el lector tiene entre sus manos: La noche de arcilla. Después de algunas anécdotas que no viene al caso relatar, m

Los bailarines de Kronvalda

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Una trama judicial cuya solución ya sólo depende del azar, hace entender a un antiguo profesor universitario, venido a menos, que su mundo ha acabado finalmente por derrumbarse. Movido por un elemental instinto de supervivencia y una ambición que no siempre se atreve a reconocer, Gabriel del Valle, como cualquier otro hombre de nuestra época, irá vistiéndose con los disfraces que el medio le obliga para mimetizarse con una realidad que siente que le es inhóspita. Con este argumento, Miguel Ruiz Trigueros, elabora un relato cosmopolita e intimista a un tiempo donde se mezclan en iguales proporciones el bullicio de las calles de Lisboa o San Francisco con la emoción contenida que producen en sus personajes, imágenes ya casi desprovistas de sentido, los restos deteriorados por el tiempo de los frisos del Parthenon, una composición hecha con flores secas o unos versos todavía recientes de algún poeta obscuro de la Generación Beat.